Quizá la posesión demoniaca de la cual se ha tratado más en diversos foros sea la de las monjas ursulinas de principios del siglo XVII en Loudun. Contada en películas, novelas, obras de teatro y libros de historia, esta posesión es también tema de reflexión para Michel de Certeau, quien posibilita una particular comprensión desde una visión de las distintas formas sociales que adquiere la figura del diablo a lo largo de la historia moderna. El autor articula el estudio de lo micro y lo macro para mostrar que el fenómeno de la posesión constituía una respuesta femenina en contra del dominio secular del macho: la mujer poseída se permitía decir todo lo que hasta entonces había callado. Esta obra teje una historia social, cultural y de género, a la vez que se inserta en los inicios de los estudios de microhistoria.